martes, 3 de noviembre de 2015

ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA CRÓNICA

La EPOC es una enfermedad respiratoria caracterizada por una limitación del flujo aéreo. Esta, que no es totalmente reversible, se suele manifestar en forma de disnea, y por lo general, es progresiva. Todo esto se asocia con una respuesta inflamatoria anormal de los pulmones ante partículas nocivas y gases, principalmente derivados del humo de tabaco, que pueden dar lugar a otros síntomas, como tos crónica acompañada o no de expectoración.

A su vez, podemos encontrar la presencia de exacerbaciones y de comorbilidades o diagnósticos duales, es decir, la existencia en el mismo individuo de uno o más trastornos además de la enfermedad o trastorno primario.



Además, es una enfermedad muy heterogénea, por eso es imposible categorizarla utilizando sólo el grado de obstrucción bronquial. Por tanto, se utiliza la denominación de fenotipo para referirse a las formas clínicas de los pacientes con dicha enfermedad, con el fin de clasificarlos en subgrupos que permitan determinar la terapia más adecuada.

La GesEPOC o Guía Española de la EPOC propone cuatro fenotipos principales: agudizador; mixto EPOC - asma; enfisema; y bronquitis crónica. Los tres últimos son excluyentes, por lo que el diagnóstico se basa en las manifestaciones clínicas predominantes y el cumplimiento de los criterios diagnósticos.

De esta forma, el fenotipo agudizador coexiste con los otros y forma 4 combinaciones fenotípicas:

· Tipo A: EPOC no agudizador con enfisema o bronquitis crónica.

· Tipo B: EPOC mixto con asma, tenga o no agudizaciones frecuentes.

· Tipo C: EPOC agudizador con enfisema.

· Tipo D: EPOC agudizador con bronquitis crónica.



Ahora, para variar un poco vamos a hablar de los cuidados del paciente con EPOC, pero en este caso relacionados con la enfermería. Destacaremos que estos dependen de la situación en la que se encuentre el sujeto, por eso, vamos a hablar de dichos cuidados en las diferentes situaciones como son: paciente en crisis, paciente encamado y cuidados en el hogar.

Primero, en cuanto a pacientes en crisis, debemos colocarlos con el respaldo de la cama levantado entre 45º-90º y suministrarle oxígeno, por cánula o mediante una mascarilla Ventury. También se debe dar aviso a terapia ventilatoria de inmediato para que acudan al paciente lo antes posible, y si es necesario, se procederá a la asistencia ventilatoria mientras se espera su llegada.

Por prescripción médica procederemos a canalizar una vena, obtener una muestra de sangre arterial para realizar la gasometría, aplicar esteroides o los medicamentos que el profesional médico considere oportuno. Es importante en esta situación monitorizar las constantes vitales para comprobar cómo varían. Además, es de gran relevancia que observemos constantemente la permeabilidad de las vías aéreas y guiar al paciente en la realización de la espirometría para obtener unos resultados adecuados.

En lo que se refiere a pacientes acamados, debemos regular el cabecero de la cama según sus necesidades y colocarlo en una posición adecuada para facilitar la respiración. A su vez, deben permanecer en reposo y no realizar actividades que supongan un esfuerzo para ellos. No podemos olvidar mantener la oxigenoterapia y la permeabilidad de la vena canalizada.

Es también de vital importancia seguir el horario adecuado en la administración de los medicamentos prescritos por el médico, como pueden ser solumedrol, foradil, budesonida, ventolin y otros. Al mismo tiempo vijilaremos la posible aparición de signos y síntomas que indiquen efectos adversos de esos medicamentos.

Finalmente, los cuidados en el hogar se basan sobre todo en la educación sanitaria respecto a la EPOC de todos los miembros de la unidad familiar. El enfermer@ tiene que informar sobre cómo actuar ante una situación de crisis de la función respiratoria de estos pacientes. Debemos de dejar claro lo peligroso que resulta para la situación del paciente el hecho de fumar o que fumen a su alrededor. 

Para acabar, debemos diferenciar los costes directos de los indirectos. Entre los directos se cuentan los asociados con la hospitalización, la rehabilitación y el tratamiento farmacológico, así como las visitas médicas y las pruebas para el diagnóstico. Por otra parte, los costes indirectos son los ocasionados por la ausencia del trabajo del paciente y por la mortalidad prematura, que como veremos en la gráfica adjunta, depende del sexo.




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