Cuando son quemaduras profundas o superiores al 10% de la superficie corporal, es imprescindible acudir al médico de urgencia para que se tomen las medidas necesarias. .Si son quemaduras pequeñas y superficiales, como las producidas por el sol, por ejemplo, existen ciertos trucos o remedios para aliviar el dolor, prevenir la aparición de ampollas y ayudar a la cicatrización.
Aceite esencial de lavanda. Esta aceite posee propiedades antisépticas y analgésicas, por lo que su aplicación directa sobre la quemadura o mediante gasas o paños limpios nos aliviará el dolor y ayudará a prevenir la aparición de cicatrices.
Miel. Este producto tiene numerosos beneficios para la salud, y aplicándolo mediante una gasa en la zona traumatizada, ayudará a extraer de la zona los fluidos y por lo tanto a limpiar la quemadura. Se debe cambiar el vendaje varias veces al día para que funcione mejor.
Té negro. Esta infusión no sólo es buena para ayudarnos a descansar y dormir mejor, sino que también nos ayudara a extraer parte del calor generado en la zona gracias a uno de sus componentes, el ácido tánico, Podemos poner varias bolsitas en agua fría y aplicar el agua resultante sobre la quemadura o poner directamente la bolsa de té, lo que nos proporcionará una enorme sensación de alivio.
Vinagre. Gracias a sus propiedades antisépticas, nos ayudará a prevenir cualquier infección de la zona y evitar por lo tanto complicaciones. También reducirá la sensación de dolor. Aplique directamente sobre la zona vinagre diluido en agua a partes iguales, o poniendo una gasa empapada y cambiándola cada dos o tres horas.
Cebolla. Corte una cebolla por la mitad y aplique el jugo exprimido directamente sobre la quemadura, aliviará notablemente el dolor y sobretodo gracias a sus propiedades evitará la aparición de ampollas.
Agua fría. Justo tras la quemadura, deja correr agua abundantemente sobre la zona, para refrescarla y evacuar parte del calor que se produce en los tejidos, además de alivio estará limpiando la zona y previniendo posibles infecciones. Evite el hielo, pues a pesar de producir alivio instantáneo, corremos el riesgo de producir una quemadura por frío o de reducir la circulación sanguínea en la zona, por lo que los tejidos podrían sufrir daños mayores.
Esperamos que los ejemplos anteriores os hayan servido de ayuda y no sufráis quemaduras para no tener que ponerlos en práctica. Protegeos del sol utilizando cremas de factor medio-alto y de fuentes de calor extremando las medidas de protección
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