¿De qué se trata? Consiste en la aplicación de calor en el cuerpo humano por medio de cuerpos materiales que estén entre los 36 y los 58ºC, que reciben el nombre de agentes térmicos. Su objetivo es mejorar el estado de una lesión o una enfermedad, y su bajo coste la hace muy común entre los profesionales.
Se clasifica en superficial si la penetración es baja, por ejemplo con el uso de infrarrojos; y profunda si se calienta directamente el tejido profundo, como ocurre con las corrientes eléctricas.
Los mecanismos de propagación principales son tres: con la conducción se cede energía cinética de moléculas calientes a las frías adyacentes; con la convección se propaga el calor de los fluidos por desplazamiento de estos; y con la radiación se emite energía cuya longitud de onda depende de su temperatura.
En cuanto a los distintos tratamientos encontramos:
-Agentes físicos semilíquidos, que se usan a temperaturas elevadas y conservan mayor tiempo su temperatura. Ej. limos, fungos o lodos, turbas y biogleas, todos ellos incluidos en la familia de los peloides.
-Agentes físicos sólidos, como es el caso de la arena, que produce una mayor sudoración. También se incluyen aquí envolturas secas como sábanas o mantas calientes y los denominados termóforos. Estos últimos con las bolsas de agua o ladrillos previamente calentados.
-Agentes físicos semi-sólidos y líquidos, donde encontramos las parafinas, que se pueden aplicar directamente sobre la piel; y los parafangos, que son una mezcla de parafina y peloides.
-Agentes convectivos o gaseosos, entre los que están el aire seco, que no es más que aire caliente que asciende; y el vapor de agua, que se aplica en forma de sauna, baño turco o mediante aplicaciones locales.
-Agentes por radiación, como los infrarrojos, para los que se tienen lámparas de radiación especiales; y diatermias, que consiste en la aplicación endotérmica de ondas amortiguadoras producidas por un condensador.
Seguramente nos preguntemos que efectos tiene todo esto que os estamos contando sobre el organismo, por lo que llegó la hora de decíroslos. Lo cierto es que esta terapia tiene numerosos efectos terapéuticos, pues es un buen antiinflamatorio, analgésico, antiespasmódico, revulsivo y cauterizante. Además, disminuye la rigidez articular y mejora la extensibilidad del tejido conectivo.
Por eso, está principalmente recomendado en contusiones musculares y articulares después de su aguda evolución. Primero se manda aplicar hielo, pero a partir de las 48-72 horas, se cambian para el calor.
Ahora bien, si la zona está inflamada sería erróneo aplicar calor. Entonces, estaría contraindicado en afecciones inflamatorias de la cavidad abdominal como la apendicitis e inflamaciones agudas del aparato locomotor. Asimismo no se podría emplear en cardiopatías, patologías psicológicas depresivas y personas que tomen anticoagulantes.
Entonces, como vemos, por precaución lo ideal sería realizar las aplicaciones de termoterapia según las órdenes de un profesional. Y por supuesto, si os surge alguna duda al respecto no dudéis en preguntarnos.
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