martes, 27 de octubre de 2015

MIMEMOS NUESTRO PELO

Infinitas son las preguntas que nos hacemos a lo largo de nuestra vida sobre cuántas veces debemos lavar el pelo a la semana, si es bueno lavarlo más o menos, qué champú es el mejor, etc. y la verdad es que según los expertos, lo ideal sería lavarse el pelo cada tres días. Además, el lavado perfecto duraría unos seis minutos, tres de los cuales para el enjabonado, y otros tres para el aclarado. 




En cuanto a los productos apropiados, lo ideal por lo general sería utilizar un champú neutro. Concretando ya, el proceso a seguir consiste en lo siguiente: en primer lugar masajear el cuero cabelludo, favoreciendo la circulación; luego añadir agua poco a poco; y por último seguir masajeando para eliminar por completo los productos empleados.

Sobre esto hay diversos mitos que dicen que lavarse mucho el pelo aumenta la caída, algo que es totalmente falso. Que lo ideal sea lavarlo unas dos o tres veces a la semana, no quiere decir que por lavarlo más nos vayamos a quedar calvos. El pelo que se pierde con los lavados, es porque están viejos; y por cada uno de esos, nacerán unos sesenta nuevos, por lo que no debería suponer problema alguno.

El problema de la alopecia está en la raíz del folículo, que es la estructura situada unos cuantos milímetros por debajo del cuero cabelludo. Por tanto, no depende de los productos que usemos o de las veces que aseemos nuestro pelo, ya que dichos cosméticos no llegan a esa zona.

Al igual que con la calvicie, los lavados que le demos a nuestro cabello ni frenan ni aumentan la producción de grasa. Sí es cierto que un lavado excesivo en algunos casos incrementa el sebo en el pelo; sin embargo, lavarlo menos no va a hacer que dejemos de producir grasa.

Esto es debido principalmente a que la cantidad de sebo que una persona produce depende de sus hormonas: la grasa se produce gracias a las células sebáceas situadas en el cuero cabelludo, que cuentan con una regulación neuro-hormonal. Estas glándulas reciben impulsos del sistema nervioso, lo que estimula la producción hormonal y por consiguiente, la de sebo.

Entonces, si tenemos un pelo graso tendremos que lavarlo más a menudo, mientras que si nuestro pelo es seco, podremos dejar más tiempo entre cada lavado.

Y después de todo esto, ¿cuál es el mejor champú? Dijimos que uno neutro, pero… ¿por qué? La respuesta es sencilla, ya que los champuses neutros suelen ser suaves, sin alcohol ni otras sustancias que puedan irritar el cuero cabelludo, NO el cabello. Incluso en casos de dermatitis seborreica o psoriasis, por ejemplo, se recomienda combinarlos con el tratamiento recomendado por el médico para que no se irrite la piel.

Con esto, vemos que los productos cosméticos no son dañinos para el cabello si los utilizamos como es debido. Son un producto fundamental en nuestro día a día, por lo que olvidemos los mitos absurdos y mimemos nuestro pelo según las necesidades que tenga.

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