martes, 20 de octubre de 2015

¿QUÉ TAL SIN ROPA INTERIOR?

Tanto mujeres como hombres, sufren a diario problemas relacionados con la ropa interior. Un ejemplo de estos, son los hongos por el uso de bragas; o una disminución de la fertilidad por la utilización de calzoncillos.





En cuanto a las bragas destacaremos, en primer lugar, que la mayoría de las culturas, por increíble que parezca, solo las usan en periodos de menstruación. Asimismo, antiguamente en los pueblos, las mujeres empleaban el camisón por la noche con el fin de mantener la zona vaginal en contacto con el aire, mientras que ahora prácticamente todas las mujeres llevan bragas ajustadas durante todo el día. Esto último, lo que causa en la mayoría de los casos es el incremento de infecciones vaginales.

Para entender el por qué haremos un pequeño análisis de los materiales que constituyen estas prendas: primero nos encontramos con el algodón, que puede respirar, manteniendo el área limpia y fresca. En estas condiciones de ausencia de calor y humedad, un hongo maligno tiene dificultades para prosperar, lo que disminuye el riesgo de infecciones en gran medida.

El nylon es fácil de lavar, ya que seca rápidamente, por eso es verdad también que atrapa el calor y la humedad. Este ambiente es el que ayuda al hongo a prosperar y a multiplicarse rápidamente. 

Destacaremos que aunque la lycra es uno de los tejidos más predominantes en la ropa interior debido a su elasticidad, no quita de que siga siendo una fibra sintética con base plástica que absorbe humedad. Al igual entonces que el nylon, aumenta la temperatura de la vagina, convirtiéndola en un lugar idóneo para el crecimiento de las células de Candida, por ejemplo.

La microfibra es una nueva incorporación a la industria de estas prendas, y a pesar de esto, comparte diversas ventajas con el algodón. Es suave, cómoda, transpirable, fácil de lavar, no causa alergias y lo más importante, te mantiene fresca y libre de todo microorganismo.

Finalmente la seda es la preferida por muchas mujeres debido a su aspecto seductor. En muchas ocasiones se considera un símbolo de lujo, y aunque es mejor que el nylon y la lycra, puede absorber la humedad fácilmente y atraer a las células Candida.

En lo relacionado con los calzoncillos, remarcaremos que los hombres no presentan demasiados problemas con el pene a consecuencia de estos. Sin embargo, sí presentan dilemas con los testículos y el uso de ropa íntima que los conduce hacia alteraciones de la fertilidad.

Antaño, tampoco se solía utilizar calzoncillos, tan solo pantalón y una tela entre el aparato reproductor y este con el fin de limpiar los pantalones lo menos posible. Su objetivo era mantener los testículos dos grados por debajo de la temperatura corporal y garantizar la fertilidad.

Totalmente contraria, la ropa interior masculina de la actualidad mantiene dichos testículos presionados contra el cuerpo, incrementando su temperatura, y por consiguiente, la mortalidad de los espermatozoides.

Entonces, ¿debe evitarse el uso de ropa interior? No, pero sí se debe dejar las partes más íntimas respirar. Cuanto menos cubiertas estén, más frescas y secas estarán, y menos infecciones presentarán. Por tanto, lo ideal sería utilizar ropas de algodón recién lavadas durante el día, y dejar libre la zona durante la noche, consiguiendo así nuestro propósito.

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