Se considera carne roja a toda aquella carne procedente de animales bovinos, ovinos y porcinos no lechales. Se caracteriza sobre todo por tener color rojizo, por el mayor esfuerzo que nuestro cuerpo tiene que realizar para digerirla y por las abundantes sustancias que aporta.
Como últimamente hay diversos dilemas sobre si es buena o no, analizaremos las ventajas y las desventajas que esta aporta a nuestro organismo.
En cuanto a las ventajas, decir que aunque hay partidarios de suprimir la carne roja de sus dietas porque dicen que el consumo de frutas, verduras y hortalizas les aportarían los mismos nutrientes; no es cierto.
La vitamina B12, por ejemplo, se obtiene de alimentos animales. De esta manera, si los eliminamos de nuestra dieta, podremos sufrir problemas como anemia o alteraciones del sistema nervioso.
Mayor sería el problema en las personas embarazadas, que necesitan tanto los complejos vitamínicos B como el hierro para asegurar el desarrollo del bebé; o en niños pequeños, cuyo intestino es incapaz de digerir correctamente otras fuentes proteicas como las legumbres.
Otras de las sustancias que aporta son las proteínas, esenciales para la creación de estructuras del cuerpo humano como la piel, los órganos, la sangre y los músculos. De los 22 aminoácidos que forman nuestras proteínas, nuestro propio cuerpo sólo fabrica 14, por lo que los restantes, los tiene que obtener a través de la comida.
En concreto, esta carne aporta sobre todo lisina, sustancia que no se encuentra en alimentos de origen vegetal y que colabora en la formación de hormonas o células de defensa contra enfermedades. Además, debemos saber que las cantidades de proteínas son menores en los vegetales, por lo que habría que tomar cantidades enormes para sustituir a las que se ingieren con la carne roja.
Entre los aspectos negativos destaca que el abuso de estas carnes, sobre todo en el occidente, se relaciona con el incremento de enfermedades graves que pueden causar la muerte. El por qué radica en que además de componentes beneficiosos, también proporciona otros que en cantidades abundantes, no son tan buenos.
El principal preocupante es el colesterol, un compuesto de grasa que regula funciones del organismo a nivel de las células. Este, en cantidades considerables puede producir enfermedades como la hipertensión o la arteriosclerosis, hasta desencadenar en parada cardíaca.
En segundo plano hablaremos del ácido úrico, que como sabemos en cantidades normales ayuda con el movimiento corporal. Sin embargo, si se sobrepasan las cantidades adecuadas, ocasiona dolor y sobre todo gota.
Los aspectos negativos se ven agravados con el sedentarismo, el tabaquismo y el estrés. Por esa razón, lo ideal sería combinar el consumo de carne con el de frutas, verduras, cereales, etc.
Asimismo, lo que muchos no saben, es que la forma de preparación del alimento también influye. Estudios actuales demuestran que si la carne roja se cuece o se dora a fuego vivo, se forman compuestos cancerígenos que afectaran a nuestro estómago y a nuestro intestino.
También se ha demostrado que el azúcar contenido en ellas es producido de manera natural por otros animales carnívoros, pero no por el ser humano; por eso, cuando llega a nuestro intestino se genera una respuesta inmunitaria.
Señalada respuesta quiere decir que considera ese azúcar como un cuerpo extraño, desencadenando inflamación y finalmente, un cáncer.
Según la mayoría de los expertos, no debemos eliminar la carne roja de nuestras vidas. Lo que debemos hacer entonces es consumir un máximo de 70 gramos por día, y sobre todo combinarla con todo tipo de alimentos, como ya dijimos anteriormente. ¿Qué vais a hacer entonces?
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