sábado, 7 de noviembre de 2015

CINESITERAPIA

Se considera como la terapia a través del movimiento, por tanto se considera como el grupo de técnicas de la fisioterapia que utilizan el movimiento para incrementar el bienestar o recuperarse de diversas lesiones.

Hoy en día, para realizar la valoración del músculo se utiliza de forma deneral la clasificación cifrada descrita por Kendall y propuesta en 1946 por la “National Fundation for Infantile Paralyses”. En esta escala, el valor funcional de cada músculo se evalúa de 0 a 5, siendo cero el punto en el que no se percibe contracción alguna y cinco el estado normal en el que el efecto motor se realiza en toda su amplitud.

Cabe destacar que todo esto se suele realizar bajo la ayuda o las órdenes de un fisioterapeuta, y en toda cinesiterapia podemos distinguir dos tipos principales: en primer lugar encontramos la pasiva, en la que se incluyen las movilizaciones en las que el individuo no moviliza de forma voluntaria un determinado segmento.





Hay además la posibilidad de que el fisioterapeuta le ayude a realizar el movimiento, pero también hay casos en los que se utilizan los ejercicios auto-pasivos,  que consisten en que el propio paciente mueva con el lado del cuerpo que no está dañado (por ejemplo el brazo derecho) el otro que sí lo está (por ejemplo el brazo izquierdo).

Finalmente dentro de este punto encontramos las movilizaciones pasivas forzadas, que son las que se dan después de una lesión en la que se ha establecido una limitación por necesidad, como es el caso de la escayola. Los movimientos aquí empleados tienen como objetivo recuperar la movilidad normal, pero hay que tener cuidado de no realizar ejercicio en exceso, pues también puede ser perjudicial.

En resumen, los objetivos de toda movilización pasiva son despertar los reflejos propioceptivos y la conciencia del movimiento, favorecer la circulación hemolinfática, mejorar el tono y actividad muscular, mantener la elasticidad y preparar al músculo para el ejercicio activo.

Está contraindicada principalmente en articulaciones dolorosas de cualquier causa, en lesiones recientes de partes blandas y en derrames y rigideces articulares.

En segundo lugar destacaremos la  cinesiterapia activa, en la que el paciente realiza el movimiento voluntariamente. Es necesaria entonces la movilización del segmento afectado con la consiguiente contracción voluntaria de los músculos.



A su vez, dentro de ella podemos diferenciar tres grupos:

- Asistida, en la que el paciente es incapaz de completar todo el movimiento, por lo que necesita ayuda para completarlo. 
- Libre, en la que el individuo realiza el movimiento completo sin ayuda.
- Resistida, en la que la persona realiza el movimiento mientras el profesional le aplica una determinada resistencia en el sentido contrario mediante la utilización de pesos o gomas elásticas, por ejemplo.

Las contraindicaciones en el caso de la movilización pasiva son pocas, pues tan solo debería evitarse en casos de anquilosis, factores recientes y procesos inflamatorios.

Por último, remarcaremos las características que debería tener el local donde se vayan a desarrollar estas técnicas. Por una parte debería tener una temperatura adecuada, ser amplio y con iluminación abundante. Al mismo tiempo, el paciente debe estar tranquilo y colaborador, así que el profesional aprenderá a ganarse su confianza.

En lo que se refiere a las sesiones idóneas, serían una o dos sesiones  de 45 minutos al día, si puede ser por la mañana. En el caso de que sean por la tarde, se dejarán dos horas después de comer.

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