jueves, 5 de noviembre de 2015

COME MAL, DUERME PEOR

Cuando no dormimos bien, las células grasas de nuestro cuerpo responden peor a la insulina, lo que podría desembocar en diabetes o sobre peso. El otro día hablamos de los alimentos que ayudan a descansar bien durante la noche, pero aún nos quedó algo en el aire. Por esa razón, hoy toca hablar sobre aquellos alimentos que impiden el descanso eficaz que tanto necesitamos después de un duro día de trabajo.




Encabezando la lista, encontramos las grasas, que son los nutrientes que tienen la digestión más lenta. Por eso, si nos ponemos a dormir tras haberlos ingerido, nuestro cuerpo seguirá degradándolos cuando intentemos dormir, lo que provocará acidez y pesadez. 

Si aun con esto tenemos la mala costumbre, haremos lo posible por tomarlas al menos dos horas antes de irnos a dormir. Además, es aconsejable evitar que sean fritas o que contengan salsas o cremas, pues se incrementarían los azucares en sangre y con ello el insomnio. De esta forma, vemos que los azúcares no son tampoco aconsejables en este caso. 

Seguidamente, nos encontramos con las proteínas, que aunque son un componente esencial para nuestra vitalidad, en este caso ese punto juega en contra. Lo que necesitamos para dormir no es energía, entonces lo mejor será evitarlas.

La cafeína es otro alimento que deberíamos de dejar de tomar ya por la tarde, puesto que permanece en el cuerpo entre ocho y diez horas, y como ya todos sabemos, aunque depende mucho de la persona, es uno de los mayores enemigos del sueño.

Aquí incluiremos también al chocolate, pero cabe destacar que este, además de contener la cafeína que mejora el estado de ánimo, tiene otros componentes perjudiciales para la ocasión. Estamos hablando de la teobromina, que ligada al anterior estimulante, impide conciliar el sueño. 

No podemos olvidarnos del alcohol, que suele ayudar a dormir más rápido, y aunque parezca contradictorio, podría interrumpir nuestro sueño después. Lo que esto significa es que a pesar de acortar el tiempo en el que nos quedamos dormidos, dificulta que se alcance la fase REM, que es la última etapa del sueño. 

Especias como el picante aumentan la temperatura corporal, a veces hasta niveles tan altos que pueden desencadenar experiencias delirantes, entre las que se incluyen las pesadillas. Esto, en caso de conseguir dormir claro, porque el picante en la mayoría de los casos causa una pesadez estomacal que nos impide hacerlo.

Algo parecido a lo anterior ocurre con el ajo, que además de provocar un aliento asqueroso, genera acidez y mal estar. Sin embargo, en este caso la temperatura corporal no se ve alterada.

Toca nombrar también en esta ocasión a los cereales. Y ahora es cuando os preguntaréis: si eran buenos, ¿por qué también son malos? Pues porque tienen mucho azúcar, así que sería bueno tomarlos pero sin azúcar, con fibra y acompañados de leche desnatada. 

Por último nos encontramos con los alimentos diuréticos, como por ejemplo los espárragos, la cebolla y la sandía. Como son necesarios para una alimentación saludable, no debemos confundirnos y eliminarlos de nuestras dietas, sino olvidarnos de ellos por las noches. De no hacerlo, el líquido provocará que nos despertemos durante la noche para ir al baño, y que por lo tanto, no descansemos lo necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario